Por Carlos Anguiano
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Lord Acton escribe al obispo Creighton que se deben aplicar los mismos estándares morales a todos los hombres, incluidos los líderes políticos y religiosos, especialmente porque “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente” (1887).
La frase, muy utilizada en la actualidad, se suele utilizar en la discusión sobre la corrupción fenómeno grave que deteriora el tejido social y degenera a la sociedad, debido a los excesos, los abusos y el romper la ley tanto en instituciones o ámbitos políticos, religiosos, militares, patronales o sindicales. La discusión conlleva a entender la fragilidad de la condición humana, susceptible a las miserias como lo son pobreza, indigencia, necesidad, penuria, estrechez, escasez, perversidad, ruindad, ambición y mezquindad.
En el ámbito político, la historia de la humanidad registra que, en diversas épocas y lugares, los gobernantes que han amasado poder, han terminado por abusar, por ser repudiados, perseguidos o aniquilados por sus pueblos cuando dejan de soportar los excesos del detentador de poder sin límites. Lo mismo faraones, jefes tribales, emperadores, zares, monarcas o dictadores, el exceso de poder haprovocado estragos sociales severos, daños estructurales y perdida de los mecanismos de control y vigilancia del poder. No hay humano que sea inmune a la tentación de imponer, de hacer su voluntad, de salirse con la suya.
Cuando un gobernante no tiene vigilancia, límites y control, es cuestión de tiempo para que comience a romper las reglas sociales y el interés social sucumba ante la ambición personal. Por ello, al reconocerlo real e inevitable, las leyes del mundo intentan evitar la acumulación del poder en pocas manos. En el régimen republicano, la división de poderes, intenta corregir la acumulación excesiva del poder dividiéndolo en 3: ejecutivo, legislativo y judicial, cada uno con funciones específicas, que provocan equilibrio y ajustan la supervivencia del interés superior de la colectividad.
En México en tiempo actual, la masa social, un segmento amplío de los ciudadanos, desconoce nociones básicas de teoría del estado, además de oponerse sistemáticamente a la ley y manifestar que lo que no les beneficia es injusto. Estimulados con propaganda política y convocados a la revancha contra enemigos creados, la sociedad ha permitido que se avance en la modificación estructural del estado, incluyendo modificaciones constitucionales que comprometen el futuro de los mexicanos. Quitar los candados que obligan al gobierno a rendir cuentas, a ser transparentes, a perseguir la corrupción y evitar incurrir en ella, otorgarles el poder discrecional de hacer lo que se les ocurra sin control, es consecuencia del desinterés por la cosa pública, de la apatía, de la complacencia ignorante o no, que conlleva a gobiernos duros, autoritarios opacos, insensibles, quizá cercanos a la ley pero ilegítimos en sus actos.
Millones de mexicanos deciden hacer como que no ven, creer que no pasará nada malo, esperanzarse en la bondad y en las sanas intenciones de los gobernantes. Puede funcionar, pero no siempre. Y modificar la constitución pidiendo que los políticos no pierdan el control, no se corrompan y no transgredan la ley, es una ingenua fantasía. Para quien no sea capaz de comprender todo esto, recuro a la sabiduría popular mexicana, viajando a través de la frase de nuestros antepasados: “No pongas nunca todos los huevos en una sola canasta”. Al final, a nadie le sirve. Piénsalo.
comprobándose que el control del poder no existe o se encuentra maniatado por el miedo o por el interés.
@carlosanguianoz
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