Por Carlos Anguiano
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El poder es la capacidad de lograr objetivos y lograr que sucedan las cosas. Es tiempo de cambios. Apenas hace dos meses asumió la presidencia de México Claudia Sheinbaum Pardo; en pocos días, asume como gobernador de Jalisco Jesús Pablo Lemus Navarro; el 20 de enero próximo, entra en funciones Donald John Trump. Es ahora cuando el inicio de sus respectivos periodos de gobierno coincide en un momento que hace posible generar sinergia, unir esfuerzos, trabajar en pos de objetivos comunes y avanzar en la transformación positiva de la sociedad.
La relación binacional y la migración entre Estados Unidos y México, pero en particular, Jalisco, establecen condiciones que permiten trazar políticas públicas conjuntas y alentar la convivencia e intercambio entre los habitantes de este sector, que exige y requiere atención, cobertura, oportunidades y mejorar las condiciones de su vida y estancia. Tan solo en el año 2020, la estadística de migración enuncia que de Jalisco salieron 60,587 personas para vivir en otro país, 79 de cada 100 se fueron a Estados Unidos de América. A nivel nacional se registraron 802,807, de ellos 77 de cada 100 se fueron a Estados Unidos de América.
Jalisco registra una antigua tradición migratoria a Estados Unidos, a partir de 1848, cuando cientos de jaliscienses fueron a trabajar en Chicago en la construcción de su ferrocarril. En la actualidad, en números aproximados, se estima en más de 4.5 millones de jaliscienses que viven y trabajan en los Estados Unidos. Además, existen 2.3 millones de hijos y nietos de jaliscienses que viven y trabajan en el vecino país del norte de México. Los cuatro estados en donde más jaliscienses viven hoy en día en EEUU son: California (58%), Colorado (10%), Arizona (7%) y Texas (6%). El 19% restante se distribuye entre Nuevo México, Nevada, Idaho, Indiana y Washington, fundamentalmente. Destaca el dato de la importancia de las remesas. Jalisco es el segundo estado, después de Michoacán, que más remesas recibe desde Estados Unidos, por una cantidad aproximada de 3,500 millones de dólares al año.
Tres datos abundan en la importancia de la relación entre Estados Unidos con México y con Jalisco: 1. De acuerdo con el censo mexicano de población de 2020, en Jalisco vivían 66,464 estadounidenses. 2. En cuanto a la afluencia de turistas extranjeros en Jalisco, en el primer semestre de 2023, Jalisco recibió 1.7 millones de turistas internacionales, siendo Estados Unidos y Canadá los principales países de procedencia. 3. El extraño fenómeno migratorio que se da en Chapala, Jalisco, particularmente en Ajijic, donde en los últimos cinco años, la mayor cantidad de migrantes que llegaron fueron de Estados Unidos, con un total de 1,590 personas. Este destino ha sido elegido además por miles de extranjeros de todo el mundo para vivir o vacacionar.
Por todo ello, y multiples factores más, por encima de las diferencias ideologicas, ponderando el sentido humanitario, procurando bienestar y progreso para todas las partes involucradas en este proceso, la atención a las comunidades de migrantes ha generado una crisis humanitaria que exige acciones que no deben aplazarse más, que implica una delicada operación gubernamental binacional y trabajo corresponsable, dialogo y entendimiento político. Las crísis, aunque atemorizan al principio, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. Hay que hacer las cosas bien. Nuevos gobiernos, nuevos protagónistas, nuevas oportunidades y una coyuntura que requiere esfuerzos conjuntos, es el panorama que encuadra el trabajo de arranque que deben realizar los gobiernos en cuestión, el de Estados Unidos, el de México y el de Jalisco.
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