Por: Amaury Sánchez
Querido San Omar, santo patrón de las operaciones quirúrgicas contra el crimen organizado y protector de los ciudadanos que ya no queremos cargar con el rosario al salir de casa. Hoy te invocamos, no para pedir que detengas la tormenta en el Periférico ni para que frenes los operativos a mitad del tráfico, sino para que pongas tus dones celestiales sobre el problema que el mismísimo Donald Trump nos quiere aventar desde el otro lado del muro (ese que ni él pudo terminar).
El magnate rubicundo, ahora reincidente en la política, ha sacado otra vez de su sombrero de Make America Great Again la amenaza de declararle la guerra a los cárteles mexicanos. Que si son terroristas, que si drones armados, que si equipos de exterminio… en pocas palabras, quiere hacer aquí el spin-off de su reality show, pero con explosiones.
Mientras el señor Trump imagina un México al estilo de Rambo, nos surge una pregunta: ¿cuántas veces hemos escuchado esta historia? Desde Vicente Fox, Estados Unidos ya jugaba con eso de “certificarnos” para ver si cumplíamos con el trabajo de limpiar la casa, como si fueran nuestros inspectores de control de plagas. Ahora, el PAN, siempre tan rápido para subirse al tren de cualquier gringo que traiga algo contra Morena, se ha puesto en modo fanático y hasta les quiere dar la bienvenida. ¿Narcoterrorismo? ¿De verdad?
San Omar, ayúdanos a comprender cómo alguien que no puede controlar el tráfico de armas en su país pretende solucionar nuestros problemas con misiles y botas militares. ¡Que nos mande menos balas y más apoyo económico, hombre! Porque, francamente, no necesitamos que vengan a “desmantelar” cárteles con métodos que sólo terminarían dejando una lista infinita de daños colaterales (y a un México más hundido en el caos que en el progreso).
Y luego está lo que Trump dijo de nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum: que fue “encantadora y maravillosa”. ¿Es un cumplido o una amenaza encubierta? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que a este hombre no hay que creerle ni cuando respira.
Por eso, San Omar, te pedimos: si alguna vez tienes que lidiar con esta situación en la realidad y no sólo en los titulares, guíanos con tu astucia para no perder la soberanía y para demostrar que los problemas de México se resuelven aquí, no con discursos incendiarios de un magnate que ve el mundo como un set de televisión.
Amén, y ojalá no se nos caiga el peso.
Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que La Verdad Jalisco no se hace responsable de los mismos.