Por Jorge Eduardo García
¡Así las cosas! La vida en comunidad nos brinda protección, compañía, y lo mas importante, nos da sentido de pertenencia y nos invita a hacer Ciudad.
Así se vivió el viernes 8 de noviembre. cuando se reabrieron las puertas del “Mercado Orgánico” de Lomas del Sur en la zona Valle de Tlajomulco, por cierto, todo un éxito para esta administración municipal llena de sensibilidad, empatía, solidaridad y compromiso con las personas de a pie, con sus habitantes.
Colectivos, académicos y el barrio, unieron esfuerzos para poder llevar a cabo este mercadito orgánico, espacio que además tiene por vocación ser escuela de agroecología, huerta productora de alimento y mercado de productos orgánicos y transformados de manera consciente. La apropiación comunitaria es importante porque es un proyecto pensado para que la soberanía alimentaria sea posible.
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos saludables y culturalmente apropiados, producidos mediante métodos socialmente justos, ecológicamente sanos y sustentables, y el derecho colectivo de esos pueblos a definir sus propias políticas, estrategias y sistemas para la producción, distribución y consumo de alimentos. – Declaración de Nyéléni 2007
La soberanía alimentaria fue propuesta en 1996 por La Vía Campesina, el movimiento mundial de campesinas/os y pueblos rurales, y desde entonces fue adoptada por miles de organizaciones y movimientos sociales en todo el mundo.
La soberanía alimentaria es un movimiento político y un camino hacia la transformación fundamental de nuestro sistema alimentario fallido y de nuestras sociedades. Como trayectoria viva, la soberanía alimentaria representa principios tales como la alimentación como derecho humano y no como mercancía; y la solidaridad, cooperación, internacionalismo y justicia por sobre el libre mercado, las ganancias y el individualismo. Reivindica el derecho de los pueblos a participar en la toma de decisiones y reúne las luchas de base por justicia ambiental, social, económica, de género, racial e intergeneracional. Soberanía alimentaria significa defender los derechos de los pueblos, la tierra, los territorios, las semillas y la biodiversidad, promover la agroecología y luchar contra el modelo del agronegocio y las políticas neoliberales de comercio e inversiones.
Se asienta en la producción y distribución campesina, familiar, indígena, artesanal y cooperativa, tanto en las ciudades como en las zonas rurales. Y aunque este proyecto nació en el 2017, el cambio de administración del 2018 hasta el 2024 obstruyó la inserción comunitaria. Es hasta ahora con la gestión de Gerardo Quirino a través de la dirección de ecología que encabeza Emanuel Arriero, se reactiva este inmueble que va adquiriendo alma de quienes trabajan diariamente este espacio. La semilla sembrada hace años ya está germinando y es tiempo de florecer, al tiempo.
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