Por Amaury Sánchez
Hoy decidí darme una vueltecita por el Congreso del Estado de Jalisco. Ya saben, pura curiosidad periodística… y porque de plano no he podido procesar cómo es posible que el partido en el poder, que NO es mayoría, esté logrando que le aprueben todo, gracias a una oposición que SÍ es mayoría. ¡Una verdadera obra de magia legislativa!
Pero como no soy de los que se quedan con la duda, me puse a platicar con más de diez diputados (sí, DIEZ, porque uno unnca es suficiente para confirmar el chisme). Lo que descubrí es digno de una serie en Netflix: varios diputados aseguran que casi no tienen comunicación con su líder de bancada morenista. ¿Así o más desconectados?
Y aquí viene lo mejor… Algunos me dijeron que su líder les ordena votar así porque son “órdenes de ya saben quién”. ¡Ajá, tal cual! No es el Señor Oscuro, pero casi… directamente desde la Ciudad de México.
—“¿Y cómo que todos obedecen sin chistar?”, pensé—. Porque una cosa es seguir la línea, y otra es entregarles el Congreso con moñito y todo.
Ah, pero no todo cuadra en esta novela. Por lo menos, hay dos que están haciendo las cosas distintas: la Diputada Brenda Carrera y el Diputado Alberto Alfaro. ¡Esos sí trabajan y hasta se les nota el esfuerzo! Y, sorpresa, sorpresa… ellos no parecen tener mucha comunicación con el líder de la bancada. ¿Coincidencia? No lo creo.
Entonces, ¿qué pasa aquí? ¿Es estrategia, falta de liderazgo, o nomás puro despapaye? Porque a este paso, parece que la bancada morenista necesita algo más urgente que comunicación interna: ¡un GPS para saber a dónde van!
Así que aquí andaremos, observando este espectáculo desde las gradas, porque con tanto enredo, lo que menos falta es entretenimiento. Si siguen así, van a tener que sacar boletos numerados para el próximo show.
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