¡Ay, El Salto! Ese municipio que está a un suspiro de Guadalajara, pero que parece haber estado en un sueño profundo desde hace años. Ahora, con Nena Farías al mando, parece que por fin alguien ha decidido sacudir las telarañas y poner en marcha el motor de este lugar que, aunque hermoso, ha sido más olvidado que un juguete de niño de tres años.
Nena, la nueva Presidenta municipal por el partido MORENA, se enfrenta a un reto que ni el más valiente de los superhéroes podría imaginar. ¿Luchar contra el sistema? ¡Eso suena a película de acción! Pero no se engañen, amigos, porque aquí no hay efectos especiales ni explosiones. Lo que hay es un río Santiago que, aunque extenso, es más contaminado que un chisme en la plaza. Y sí, ese mismo río que atrae a las industrias como si fueran moscas a la miel, pero que, en lugar de miel, ofrece un cóctel de desechos que haría temblar a cualquier ecólogo.
Y es que, ¿quién no querría mudarse a un lugar donde el agua es tan abundante que parece que la naturaleza se olvidó de ponerle un freno? Pero claro, el agua no es todo. El Salto tiene reservas para la agricultura y la ganadería, lo que significa que, si Nena juega bien sus cartas, podría convertir este lugar en un paraíso rural en lugar de un basurero industrial. ¡Eso sí que sería un gran salto!
Pero no todo es color de rosa. Nena se enfrenta a grandes desarrolladores y negocios clandestinos que han llegado a El Salto como si fuera el último tren a la felicidad. Y aquí es donde entra su gran fuerza, su preparación y, por supuesto, su equipo de trabajo. Porque, seamos sinceros, en la política no se puede hacer nada solo. Necesitas un buen equipo, como los que tienen los superhéroes en las películas, pero sin las capas y con más café.
Así que, mientras Nena se prepara para enfrentar este gran reto, recordemos que el verdadero cambio no solo depende de ella, sino de todos nosotros. El Salto tiene la oportunidad de convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible, donde la industria y la naturaleza puedan coexistir sin que uno devore al otro.
Así que, ¡adelante, Nena! La historia de El Salto está esperando ser reescrita, y tú tienes la pluma en la mano. ¡A darle con todo! Que el futuro de este municipio no se va a construir solo, y menos con agua contaminada. ¡Vamos a hacer de El Salto un lugar donde todos queramos vivir y no solo pasar de largo!
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