Por Amaury Sánchez
En Jalisco, donde la política suele parecer un chiste de mal gusto, resulta que los únicos diputados locales de Morena que realmente trabajan son… dos. Sí, solo dos. Y para colmo, ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos.
Esta vez, la Lic. Brenda Carrera votó en contra, mientras que el Lic. Alberto Alfaro votó a favor de abrir procedimientos de suspensión contra alcaldes, síndicos y regidores de Guadalajara, Tonalá, Tlajomulco, Tala y Lagos de Moreno. ¿El motivo? No pagar laudos laborales a empleados despedidos injustificadamente. Es decir, los ayuntamientos hicieron lo que mejor saben hacer: deshacerse de empleados como si fueran servilletas usadas, pero sin liquidarlos conforme a la ley.
El problema es tan viejo como la promesa de un político en campaña: hay sentencias firmes del Tribunal de Arbitraje y Escalafón desde 2010, y los actuales alcaldes –aunque no fueron quienes hicieron los despidos– ahora tienen que pagar los platos rotos. ¿Qué hicieron los diputados? Aprobar el inicio de suspensión hasta por 15 días para los responsables. La votación fue sencilla: el PAN votó a favor (porque, pues, PAN), Alberto Alfaro de Morena también (quizá porque alguien le recordó que la justicia laboral existe) y Brenda Carrera prefirió abstenerse (¿prudencia o estrategia?).
Ahora bien, si usted votó por la gran coalición de Morena en Jalisco, tal vez se pregunte: ¿esto es lo que queríamos? ¿Diputados que trabajan pero en direcciones opuestas? ¿Un Congreso que apenas se da cuenta de que las sentencias laborales no son sugerencias?
Lo que queda claro es que en la 64 Legislatura de Jalisco, cuando se trata de hacer justicia laboral, se avanza con la velocidad de un burócrata en viernes por la tarde. Porque si la suspensión por 15 días es la gran solución, imagínese cuánto tardarán en pagar lo que deben.
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