Por: Amaury Sánchez
Ayer, en una rueda de prensa más esperada que quincena sin deudas, mi compadre Roberto Guijarro Ramos, Fidel Barba y yo, en representación de un buen bonche de morenistas y simpatizantes, pusimos sobre la mesa lo que muchos piensan, pero pocos dicen: en Jalisco, Morena anda más perdido que turista sin GPS.
Nos plantamos frente a más de diez medios importantes del estado para señalar lo que ya es un secreto a voces: la mayoría de nuestros diputados en el Congreso local están más desaparecidos que los ahorros de enero y el liderazgo del partido en el estado… bueno, si alguien lo encuentra, que le avise que lo andamos buscando.
El resultado fue claro. De un lado, la ovación de líderes sociales, agroalimentarios, sindicales y organizaciones que saben que esto no puede seguir así. Del otro, cuatro o cinco personajes—casualmente del equipo señalado—que hicieron su pataleta, pero con la misma efectividad que un paraguas roto en tormenta.
Aquí no se trata de atacar por atacar, sino de exigir que Morena en Jalisco haga lo que debe hacer: trabajar, organizarse y, sobre todo, dar la cara. Porque si seguimos esperando a que los que deben hacerlo se pongan las pilas, nos va a dar Navidad… pero del 2030.
El mensaje ya está dado, las cartas sobre la mesa y la paciencia se agota. Así que, compañeros, o nos ponemos a jalar o nos van a hacer la chamba otros. Y créanme, cuando eso pase, no habrá rueda de prensa que los salve.
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