Por Amaury Sánchez G.
Mire usted, en este México mágico, donde lo mismo se cura el empacho con un huevo que se asciende a director aduanal con un par de amigos bien colocados, ha surgido un personaje digno de colección… de relojes, claro está.
Se trata de Alex Tonatiuh Márquez Hernández, el ahora mandamás de la Dirección General de Investigación Aduanera, quien en su declaración patrimonial reveló tener una pequeña y muy humilde afición: una colección de relojes valuada en 7.7 millones de pesos. Sí, leyó bien: ¡siete punto siete millones! Como quien dice, trae el tiempo contado… en diamantes suizos.
Y uno aquí, que siente feo si se le atrasa el reloj Casio de los noventa.
Tiempos de pobreza… pero con Rolex
Durante los años en que el buen Tonatiuh compraba sus joyitas del tiempo, trabajaba —según esto— como asesor legislativo y abogado en la Asamblea Legislativa del D.F., donde el sueldo apenas alcanzaba pa’l lonche y el camión. Aún así, de 2012 a 2021 se dio el gusto de comprar cinco relojes, uno de ellos por la módica cantidad de 3.7 millones de pesos, cuando ganaba menos de lo que cuesta una correa de oro blanco.
Algo no cuadra. O cobraba horas extras vendiendo tamales en la noche, o estamos ante otro capítulo de la serie favorita del pueblo mexicano: «Cómo hacerte millonario en el gobierno… sin tener empresa ni herencia.»
De las aduanas al anaquel suizo
Ahora que el hombre está al frente de la oficina que investiga irregularidades en el comercio exterior, uno se pregunta:
¿Habrá traído los relojes de contrabando en la lonchera?
¿Le dará su colección la hora exacta para correr a los empleados que no le cooperen?
¿O será que cada reloj le marca una zona horaria distinta… de sus cuentas en el extranjero?
Peor tantito, ya hasta hubo protestas en Reforma. Los empleados de la propia ANAM lo acusan de pedir moche por asignación de plazas. ¿Qué sigue? ¿Rifa de relojes en las aduanas?
El reloj no perdona… y la 4T tampoco debería
Pero ojo, que este asunto no es solo de carcajada fácil. Si la 4T se toma en serio la lucha contra la corrupción, este tipo de “funcionarios con vocación de joyeros” no deben durar más que un TikTok. Porque mientras el pueblo se debate entre el súper y el refri vacío, hay quien se gasta millones en un solo reloj que no da ni la hora… moral.
Así que, señora Sheinbaum, aplique el dicho de nuestras abuelitas:
“Dime qué reloj traes… y te diré de qué privilegios gozas.”
Posdata:
Dicen que el tiempo pone todo en su lugar.
Ojalá que también ponga a Tonatiuh ante un fiscal.
Y que lo haga puntual, no como sus sueldos.
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