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La rueda de prensa que puso los puntos sobre las íes

Guadalajara, Jalisco, a 18 de marzo de 2025

¡Ah, cómo estuvo de intensa la cosa en el Hotel Francés de Guadalajara! Este martes 18 de marzo, los representantes de militantes y simpatizantes de Morena en Jalisco se reunieron para dar una conferencia de prensa que no dejó títere con cabeza. La tercera de su tipo, por cierto, y si las anteriores fueron candentes, esta fue una verdadera tormenta política. A la mesa se sentaron nada menos que Amaury Sánchez, Jaime Hernández, Roberto Guijarro y Manuel Carranza, cuatro pesos pesados del movimiento en el estado, quienes tomaron la palabra para dejar bien claro que en Jalisco ya están hartos de que las cosas se sigan manejando con las patas.

Desde el minuto uno, quedó claro que no se andaban por las ramas. ¿El tema central? La designación anticonstitucional de Salvador González de los Santos como titular de la Fiscalía del Estado. Y aquí es donde empieza el drama: resulta que el pasado 15 de octubre, la Sala Superior del TEPJF confirmó la constancia de mayoría para Pablo Lemus como gobernador de Jalisco, a pesar de las irregularidades evidentes en el proceso electoral del 2 de junio. Pero lo verdaderamente escandaloso vino después, cuando el 6 de diciembre, Lemus propuso a González de los Santos como fiscal… ¡sin presentar una terna! Así, en solitario, como si fuera dueño del estado y las leyes fueran opcionales. Y lo peor es que el Congreso local le siguió el juego, aprobando la designación en menos de 24 horas con 30 votos a favor (excepto Futuro, que al menos levantó la ceja). ¿Qué pasó con el artículo 53 de la Constitución de Jalisco? Pues básicamente, se lo pasaron por donde no llega el sol.

Y por si esto no fuera suficiente, la rueda de prensa dejó al descubierto las consecuencias de estas malas decisiones. El caso de Teuchitlán es un botón de muestra del desastre institucional que vive el estado. El pasado 18 de septiembre, la Guardia Nacional intervino en un rancho de Teuchitlán, rescatando a dos personas secuestradas y deteniendo a diez individuos. También encontraron un cadáver y un arsenal de armas de fuego. ¿Y qué pasó después? Nada. El predio no fue asegurado, no se abrieron las investigaciones pertinentes y todo quedó en el aire. Esto no es casualidad —dijeron los líderes de Morena— sino el resultado directo de tener una fiscalía que responde a intereses políticos y no a la ley.

Por eso, Amaury Sánchez y compañía fueron claros y contundentes: exigen la renuncia inmediata de González de los Santos y que se reponga el procedimiento de designación conforme a la Constitución. Además, pidieron que la Fiscalía General de la República atraiga el caso de Teuchitlán para garantizar una investigación seria y sin tintes políticos. No sólo eso, sino que propusieron que México invite al Relator Especial sobre la promoción de la verdad y la justicia de la ONU para evaluar el sistema de justicia y meterle mano a las leyes que permiten estas irregularidades.

Y claro, no podía faltar el jalón de orejas para Morena. Porque sí, los líderes estatales también apuntaron los cañones hacia su propio partido. Resulta que desde 2015, Morena no ha renovado los comités municipales en Jalisco, lo que ha permitido que los mismos de siempre sigan controlando el aparato partidista sin arraigo ni respaldo popular. Las sentencias del Poder Judicial de la Federación que ordenan la renovación de las estructuras internas han sido ignoradas olímpicamente por la dirigencia nacional, que se escuda en excusas baratas como la pandemia o la falta de padrón confiable. La exigencia fue clara: que Morena cumpla con las resoluciones SUP-JDC-1573/2019 y SUP-JDC-601/2022 y que convoque de inmediato a congresos municipales para renovar los comités. ¡Ya estuvo bueno de simular democracia!

Pero si creían que ahí terminaba el espectáculo, pues no. También hubo tiempo para abordar el tema de las delegaciones federales en Jalisco. Según los líderes, estas posiciones están siendo ocupadas por personajes ajenos al estado, mientras que la militancia local queda relegada a tareas operativas o de bajo perfil. La delegación de Bienestar y el Infonavit fueron mencionados como ejemplos claros de esta práctica. Y no, esto no es xenofobia —aclararon—, es cuestión de justicia y reconocimiento para la militancia jalisciense que ha trabajado desde las bases para construir el movimiento. La exigencia fue directa: una evaluación detallada de esta situación y una audiencia con la Secretaría de Gobernación para garantizar que los cuadros profesionales de Morena en Jalisco sean tomados en cuenta.

El mensaje final fue claro y directo: es hora de poner orden en Jalisco. Basta de prácticas ilegales, basta de decisiones cupulares y basta de excluir a las bases militantes. Si Morena quiere mantenerse como una fuerza política legítima en Jalisco, tendrá que empezar por respetar su propia estructura interna y garantizar procesos democráticos verdaderos. Como dijo Amaury Sánchez al cerrar la conferencia: «En Jalisco no necesitamos caudillos ni iluminados, necesitamos justicia, transparencia y respeto a la Constitución.»

El reloj político en Jalisco está corriendo. La pelota está en la cancha de Morena. ¿Respetarán el llamado de las bases o seguirán jugando a la política de siempre? Lo sabremos muy pronto.


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