En el reciente reparto de comisiones en el Congreso de Jalisco, se ha desatado un torbellino de opiniones y especulaciones que merece un análisis profundo. La asignación de las comisiones más relevantes a Movimiento Ciudadano (MC) ha generado un clima de incertidumbre sobre la verdadera capacidad de oposición que podrán ejercer los demás partidos, especialmente MORENA, en un contexto donde el gobernador Pablo Lemus parece tener el camino despejado para actuar a su antojo.
Las comisiones de Hacienda, Seguridad y Justicia, Salud, Movilidad y Administración, que han caído en manos de MC, son cruciales para el control y la supervisión de las acciones del Ejecutivo. Este hecho plantea una pregunta inquietante: ¿realmente habrá una oposición efectiva en el Congreso local? La respuesta, a primera vista, parece sombría. Con el control de estas comisiones, MC no solo se asegura un poder significativo, sino que también limita la capacidad de los otros partidos para frenar o cuestionar las decisiones del gobernador.
Por otro lado, la distribución de comisiones a otros partidos, como MORENA, que se ha quedado con áreas como Vigilancia y Estudio Legislativo, parece más un intento de dar una apariencia de pluralidad que una verdadera oportunidad de influir en la política estatal. La lucha interna dentro de MORENA, evidenciada por la disputa de la diputada Arizmendi Fombona por la presidencia de Hacienda, refleja una falta de cohesión y estrategia que podría resultar en una oposición débil y fragmentada.
El comentario del diputado Puerto, quien se deslindó de la bancada morenista, resuena con fuerza. Su crítica a la entrega de comisiones sin resistencia pone de manifiesto una realidad preocupante: muchos de los que se autodenominan defensores de la Cuarta Transformación parecen haber claudicado ante las alianzas de poder que, en lugar de representar un cambio, perpetúan el status quo. La pregunta que queda en el aire es cómo explicarán a sus electores esta falta de acción y compromiso con los principios que prometieron defender.
En este contexto, los ciudadanos deben estar atentos y exigir a sus representantes que actúen con responsabilidad y valentía. La política no debe ser un juego de intereses donde unos pocos decidan el destino de todos. La verdadera oposición no solo se mide por la cantidad de escaños, sino por la capacidad de cuestionar, proponer y, sobre todo, de servir a la ciudadanía.
Así que, queridos lectores, los invito a reflexionar sobre el papel que jugarán sus representantes en este nuevo escenario. ¿Serán meros espectadores en un teatro político donde el guion ya está escrito, o se convertirán en actores protagónicos que luchan por un Jalisco más justo y equitativo? La respuesta está en sus manos..
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