Close

La carta que incendia los cimientos de Morena

Por Amaury Sánchez G.

La mañana del 24 de julio, los cimientos del partido más poderoso de México fueron puestos a prueba. No fue una marcha. No fue un motín. Fue una carta. Una larga, firme y punzante carta firmada por cientos de morenistas fundadores y cuadros territoriales de todos los estados. El documento fue entregado en mano, frente a la sede del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, en la Ciudad de México, con la prensa como testigo obligado, y una advertencia resonando en el aire: “urge que nuestro partido sea de verdad distinto”.

Afuera, los firmantes. Adentro, el aparato. Y entre ambos, una grieta cada vez más difícil de ignorar.

El incendio moral

El documento —extenso y sin adornos retóricos— fue más que una exigencia: fue un acto político de conciencia. Exige la renovación inmediata de todos los comités ejecutivos estatales, y la reactivación de los comités municipales, muchos de ellos inactivos por más de una década. No se trata solo de estructuras: se trata de rescatar la democracia interna antes de que el pragmatismo termine por devorar los principios fundacionales del movimiento.

Pero lo que convierte a esta carta en dinamita política no es solo su contenido. Es su contexto. Es su oportunidad. Y es la forma en que fue entregada: públicamente, con testigos y con dignidad. La política no sólo se grita: a veces se escribe… y se entrega en mano con rostro y nombre propio.

El espejo de los desencantados

Los autores del documento no son opositores encubiertos ni cuadros desplazados con nostalgia. Son parte de ese morenismo fundacional que ayudó a levantar el partido cuando no era gobierno, cuando apenas era esperanza. Denuncian una crisis de representación, una infiltración corporativista, una traición sistemática de los principios éticos por los que se luchó más de 40 años.

Cuentan, con crudeza, lo que ya muchos en Morena susurran: que el partido ha sido colonizado por personajes del viejo régimen, los mismos que fueron señalados por corrupción, simulación, traiciones y pactos con la oligarquía. Y que hoy, gracias a la pasividad de las dirigencias, ocupan cargos directivos, candidaturas y presupuestos.

La advertencia: 2027 no esperará

Hay en esta carta un cálculo político profundo. 2027 está cerca, y los errores internos no perdonan. La militancia no es tonta. La gente no olvida. La derrota en Veracruz y el retroceso en Durango son solo un ensayo de lo que puede pasar si se sigue gobernando un partido de millones desde un círculo de compadres, cuotas y cuñados. La omisión hoy puede ser derrota mañana.

Los firmantes reclaman con razón que no existe ningún impedimento estatutario para renovar los órganos partidistas. Denuncian el secuestro de los comités por grupos locales enquistados. Denuncian la manipulación de encuestas, el nepotismo rampante, la simulación en la renovación de cargos, y una militancia usada como carne de cañón electoral, pero ignorada en la toma de decisiones.

Claudia y el reloj

En el texto hay un respeto evidente —y también una carga simbólica— hacia la presidenta Claudia Sheinbaum. “Somos su brazo izquierdo”, dicen. Pero también le lanzan un mensaje: la legitimidad no se hereda, se construye. Y para consolidarse como líder transformadora, debe enfrentar a los burócratas internos que ya convirtieron a Morena en un bastión personal. La Cuarta Transformación no puede permitirse repetir los vicios del PRI, ni justificar lo injustificable en nombre de la gobernabilidad.

La carta le abre una ventana a la presidenta: liderar una renovación verdadera, abrir el partido a la crítica, fortalecer el poder desde abajo, o resignarse a la cooptación silenciosa de lo que alguna vez fue una revolución ética.

¿Quién firmó?

Este no fue un desplegado anodino. Lo firmaron más de 500 militantes de todo el país. Con nombres, apellidos, entidades, trayectorias. Desde Baja California hasta Yucatán. Desde líderes comunitarios hasta intelectuales de base. Y con ello, dibujaron el mapa del hartazgo interno. Ya no se trata de tribus. Se trata de conciencia política territorial.

No es una carta de ruptura. Es una carta de advertencia. De esas que en los archivos del poder suelen ignorarse hasta que se convierten en profecía.

Epílogo: fuego o renovación

La prensa que estuvo este 24 de julio a las puertas del CEN fue testigo. Pero el verdadero juicio vendrá después, cuando se vea si Morena tuvo la capacidad de leerse a sí mismo. Si entendió que lo urgente no es defender las cuotas, sino renovar la confianza. Si comprendió que el enemigo no siempre está en la derecha, sino también en la complacencia de algunos de sus propios operadores.

Hoy, Morena puede elegir entre dos caminos:
—Encerrarse en su propio aparato, ignorar la carta, minimizar el ruido, seguir apostando al pragmatismo electoral… y tropezar con la misma historia.
—O abrir las puertas, escuchar a sus verdaderas bases, renovar desde dentro, limpiar la casa antes de que el pueblo decida mudarse.

La carta ya fue entregada. El reloj ya está corriendo.
Y las bases, ahora más que nunca, están despiertas.


Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que La Verdad Jalisco no se hace responsable de los mismos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

0 Comments
scroll to top