Close

“Cooperación o estigmatización: El dilema entre México y Estados Unidos”

Por Amaury Sánchez

La relación entre México y Estados Unidos, tan compleja como profunda, vuelve a ser puesta a prueba con las recientes declaraciones de Marco Rubio, futuro jefe de la diplomacia estadounidense en el gobierno de Donald Trump. Rubio ha propuesto trabajar “en cooperación” con México para enfrentar a los cárteles de la droga, señalando que estos tienen “control operativo sobre enormes extensiones de las regiones fronterizas”. Su planteamiento, sin embargo, está rodeado de una pregunta delicada: ¿se debe declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas?

Por su parte, el presidente electo Trump añadió un comentario contundente al asegurar que “México está dirigido por los cárteles del narcotráfico”. Ante esto, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondió con firmeza que en México “gobierna el pueblo”. Estas palabras, aunque enérgicas, invitan a reflexionar más allá de las posturas políticas y mirar con profundidad los matices de esta problemática.

¿Cooperación o intervención disfrazada?

La idea de cooperación entre México y Estados Unidos es, sin duda, necesaria. Ambos países comparten no solo una frontera física, sino un destino económico, social y cultural profundamente entrelazado. Pero cuando la “cooperación” viene acompañada de etiquetas como “terrorismo”, es legítimo cuestionar las intenciones detrás de estas palabras.

Declarar a los cárteles como terroristas podría traer graves consecuencias. Este enfoque podría justificar acciones unilaterales de Estados Unidos en territorio mexicano, lo que no solo atentaría contra la soberanía nacional, sino que complicaría aún más la relación bilateral. Además, corre el riesgo de estigmatizar aún más a México en el escenario internacional, reforzando prejuicios y simplificaciones que ignoran las raíces profundas de la violencia y el narcotráfico.

El narcotráfico no es un problema exclusivo de México; es un fenómeno transnacional alimentado por la demanda de drogas en Estados Unidos y la falta de oportunidades económicas en ambos lados de la frontera. Reducirlo a una narrativa de “buenos contra malos” o “terroristas contra civilizados” es una visión limitada que no aborda las verdaderas causas del problema.

México: ¿Gobierno del pueblo o crisis de confianza?

La respuesta de Claudia Sheinbaum, defendiendo que en México “gobierna el pueblo”, tiene un peso simbólico importante. Sin embargo, también es un recordatorio de los retos que enfrentamos como nación. Gobernar con y para el pueblo no significa negar los problemas, sino enfrentarlos con transparencia, empatía y acciones contundentes.

La afirmación de Trump sobre el supuesto control de los cárteles es simplista y despectiva, pero también refleja una percepción que no podemos ignorar. En algunas regiones de México, la presencia del crimen organizado ha desplazado al Estado como garante de seguridad y justicia. Aceptar esta realidad no es ceder a la narrativa extranjera, sino el primer paso para transformarla.

Un enfoque humanista para un desafío global

Lo que México y Estados Unidos necesitan no es más etiquetas o acusaciones, sino una visión compartida que ponga en el centro a las personas. El narcotráfico no es solo un problema de drogas o armas; es un problema de comunidades atrapadas en un ciclo de pobreza, violencia e impunidad.

La verdadera cooperación implica reconocer las responsabilidades mutuas. Estados Unidos debe asumir su parte en la crisis, controlando la demanda interna de drogas y regulando la venta de armas que terminan en manos de los cárteles. México, por su parte, necesita fortalecer sus instituciones, invertir en desarrollo social y construir un sistema de justicia que recupere la confianza ciudadana.

Conclusión

La relación entre México y Estados Unidos ha superado retos históricos, desde tensiones comerciales hasta crisis migratorias. Este nuevo desafío no debería ser la excepción. Pero para avanzar, ambos países deben dejar de lado las narrativas de superioridad moral y trabajar juntos desde una perspectiva de respeto y humanidad.

Porque al final, no se trata de cárteles, fronteras o etiquetas. Se trata de las vidas que están en juego, de las familias que merecen vivir en paz y de los lazos que, a pesar de todo, nos mantienen unidos como vecinos y como seres humanos.


Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que La Verdad Jalisco no se hace responsable de los mismos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

0 Comments
scroll to top