Por Carlos Anguiano
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La sociedad humana se estudia sobre la base de su conjunto de costumbres, ideas, creencias cultura y conocimientos que la caracterizan. La palabra civilización proviene del latín civitas (ciudad) y civís (ciudadano). Actualmente al referirnos a la civilización, nos enfocamos en su forma de organización social, sus estructuras e instituciones, entendiendo que civilizar significa mejorar la formación y el comportamiento de personas o grupos sociales.
Los signos del tiempo en el que vivimos nos obligan a realizar una profunda reflexión acerca de si estamos avanzando o retrocediendo, mejorando o empeorando nuestro comportamiento. ¿Somos más civilizados que hace 35años? Durante este lapso, figuras en México como diversos organismos de la sociedad civil organizada, defensores de causas, luchadores sociales y múltiplesagentes sociales, iniciaron una lucha social que tuvo que ser acompañada por el esfuerzo gubernamental. Desde su creación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha promovido y protegido los derechos humanos se insertaron en nuestra sociedad, acompañada por mega tendencias desde el exterior que infundían la necesidad deque palabras como inclusión, igualdad, equidad, apoyo a los grupos vulnerables. Los medios de comunicación, las comunidades universitarias y prácticamente todas las estructuras de nuestra sociedad, fueron identificándose y sumándose poco a poco para lograr que el cambio social logrará ser asentado en ley, con las respectivas modificaciones en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás.
Lenguaje inclusivo, rechazo a la discriminación, re educación de las personas, promoción de la legalidad, respeto, no violencia, son algunos de los resultados positivos que esta cruzada ha generado. A lo largo del recorrido, la generalización de nuestros derechos ha generado conflictos, discrepancias, discusiones y polarización social. La defensa de los derechos humanos de los delincuentes, de los criminales, de los narcotraficantes; la modificación de nuestro lenguaje; la inclusión de los grupos minoritarios respetando su derecho a una vida plena, como premisa máxima; el derecho a elegir sobre nuestra vida, sobre nuestro cuerpo, sobre la gestación de otras vidas; todo ello en aras de la civilización.
Existen algunas acciones que admiten escaso o nulo rechazo, como el no permitir ninguna forma de violencia en contra de las mujeres; y sin embargo, no existe la unanimidad ni la totalidad de nuestra población está convencida de ello. Hay frenos, resistencias, cultura inculcada, que se deben de vencer y a algunos les cuesta menos trabajo que a otros hacerlo. También existen disonancias que se originan en los grupos de edad de las personas, en los niveles socio económicos, en los lugares de residencia, en los usos y en las costumbres de su comunidad y otros múltiples factores que no permiten un pensamiento homogéneo ni la coincidencia total.
Hay múltiples temas sumamente más complejos y cuestionables, como por ejemplos el derecho al aborto o la adopción entre parejas heterosexuales.
Partiendo de la conciencia de que todos tenemos derechos y deben de ser respetados en lo general, cuestiono si el respeto que unos reciben no es reciproco al devolverse cinismo, descaro, jactancia y humillación. Es cierto que nadie debe de esconderse para ser como es, siempre y cuando no viole las leyes. Hoy comparto mi preocupación porque delincuentes, narcotraficantes, corruptos, inadaptados sociales, o violadores de la ley, sin temor al castigo, no solo conviven en total impunidad, sin castigo alguno, sino que hasta lo exhiben y lo presumen con descaro, sin vergüenza, con un cinismo filoso que hiere y obliga a reflexionar los límites del respeto. Ellos generan cultura, dan mal ejemplo a otros y fomentan el deterioro de los valores ¿Usted qué opina?
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