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Jalisco y la Salud: Entre la Autonomía y la Incertidumbre

Por Amaury Sánchez

La reciente confirmación del gobernador Pablo Lemus de que Jalisco permanecerá fuera del IMSS-Bienestar abre un debate crucial sobre las consecuencias de esta decisión para la ciudadanía. A primera vista, la postura del gobierno estatal parece firme: no ceder a presiones y evitar lo que consideran un esquema deficiente. Sin embargo, en el fondo de este posicionamiento subyacen preguntas ineludibles: ¿qué alternativas reales existen para garantizar el acceso a la salud? ¿Cómo se compensará la pérdida de recursos federales?

El Costo de la Independencia

Jalisco, con su vocación histórica de autonomía frente a decisiones centrales, busca evitar lo que considera una política de salud improvisada. La referencia a otras entidades “arrepentidas” sugiere que el modelo de IMSS-Bienestar podría estar presentando fallas significativas. Pero el hecho innegable es que la salida de este esquema trae consigo un recorte de 200 millones de pesos, destinados originalmente al pago del personal médico.

Ese dinero no es un asunto burocrático. Se traduce en consultas médicas, en doctores, en enfermeros, en atención en hospitales públicos que atienden a quienes no tienen otra opción. Es el sustento de miles de profesionales de la salud cuyo trabajo, más que una nómina, representa la diferencia entre la vida y la muerte para muchos ciudadanos.

Alternativas o Vacío

La postura del gobernador plantea otro reto: ¿qué sigue? La negativa al IMSS-Bienestar podría justificarse si Jalisco tuviera una estrategia sólida para suplir esa falta de recursos. Pero, hasta ahora, no se han delineado con claridad los mecanismos con los que se cubrirán los servicios de salud que dependen del presupuesto estatal.

El riesgo de un vacío en la atención médica no es menor. Si los hospitales públicos empiezan a resentir la falta de personal y recursos, los más afectados serán los sectores más vulnerables. Esas familias que no pueden costear un servicio médico privado verán cada vez más lejos la posibilidad de una atención digna y oportuna.

Un Estado que No Puede Ser Espectador

El derecho a la salud es un pilar fundamental de cualquier sociedad que se considere justa y equitativa. Jalisco no puede limitarse a rechazar un modelo sin ofrecer una alternativa viable. Las decisiones políticas tienen impactos tangibles en la vida cotidiana de los ciudadanos, y esta no es la excepción.

Si el gobierno estatal realmente considera que el IMSS-Bienestar es un fracaso, tiene la responsabilidad de presentar un sistema mejor, con financiamiento seguro y garantías para los trabajadores de la salud y los pacientes. De lo contrario, el costo de esta independencia recaerá, como siempre, sobre quienes menos tienen.

La pregunta sigue en el aire: ¿Jalisco está preparado para sostener su propio sistema de salud, o está dejando a su población en una situación de incertidumbre? Es tiempo de que las autoridades respondan, no con discursos, sino con soluciones.


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