Por Jorge Eduardo García
A los primeros 100 días de trabajo en Tlajomulco, Quirino ha demostrado que le interesa el crecimiento social, económico y de esparcimiento en el municipio. Sin embargo, no todos han trabajado en la misma dirección. La Dirección de Ecología, a cargo de Emanuel Arriero, ha presentado una clara disociación de sus responsabilidades.
En lugar de liderar y dirigir, el director se ha centrado en dividir y frustrar el trabajo del equipo. Se han reportado casos de amenazas y relegación hacia aquellos que no están dispuestos a participar en un juego de hostilidades. Esto ha generado un ambiente de trabajo tóxico y poco productivo.
Además, el director ha disfrutado de semanas completas de vacaciones cada mes, lo que ha impedido que se presenten proyectos relevantes en la materia. La reforestación en plena temporada de estiaje ha sido la única acción medioambiental destacada, y se ha limitado a la siembra de arbolitos.
La gestión de Emanuel Arriero ha demostrado que la corrupción no solo se refiere al enriquecimiento ilícito, sino también al intento de mantener un cargo para el cual no se está capacitado. Esto es un claro ejemplo de cómo la falta de liderazgo y responsabilidad puede afectar negativamente a una comunidad.
Esperamos que en el futuro, la Dirección de Ecología de Tlajomulco pueda contar con un liderazgo más efectivo y comprometido con el bienestar de la comunidad.
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