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Tiempos de aquelarre

Por José J. Martínez.

 Tiempo atrás, cuando los limites de la palabra hablada se resumía a una lengua vernácula de tiempos fríos y añejos, acuñada en esas regiones lejanas, de gente agreste, de campo y ganado, de luces y sombras, miedos y leyendas,

 Nos llegan palabras tan familiares como  cencerro, guitarra, mochila, chistorra,  charro, chamarra, etcétera,  pero sin duda, la mas usada en contexto para estos días es aquelarre, palabra del vasco o euskera aun hablado en el norte de España y cuyo significado popular es una reunión o junta de brujas y brujos, presidida por el demonio y en presencia de un macho cabrío.

 Pues bien, estas fechas de celebraciones paganas, cristianas, tradicionales de Santos Difuntos, ´hallowines´ entre otras cosas, dulces, calaveritas, disfraces y huevazos,,,

 Fantasmas de la Opera en un lugar cuyo nombre es muy vacuno y palaciego, un don Juan Tenorio allá donde yace un vampiro llegado del extranjero, cuyo panteón es sitio donde se realizan visitas guiadas y donde novios recién casados se toman la foto del recuerdo en ese lugar Neoclásico, proyecto de Don Manuel Gómez Ibarra hace algunos años, mas bien muchos y que representa lo que de cultura tenemos en nuestra ciudad para esta época del año, un tanto popular pero no tanto, sobre todo para ciertos sectores de la población,

 ¿a donde quiero llegar con toda esta verborrea?

 Sólo para recordarnos, que año con año la serie de afectaciones que sufrimos los ciudadanos, los de a pie, concretamente cada 31 de Octubre, ya que, las celebraciones se tornan en desmanes  incontrolados a pesar de la buena voluntad de autoridades y padres de familia, refiriéndome a la celebración de huevazos y pedradas a los vehículos de transporte público por parte de esos aquelarres populares de jovencitos cuyos motivos permanecen ocultos en esas pequeñas mentes casi infantiles, tan despreocupadas y tan sinsentido, que se torna en una verdadera pesadilla para la población en general.

 Lo irónico del caso, que los mas afectados son los padres de estos mozalbetes, ya que, no conformes con que se tiene que ir a trabajar, el regreso a casa se transforma en un verdadero vía crucis, y que los tiernos chiquillos se han gastado lo del día para comprar una docena o el kilo de huevos

para dicha celebración. Desconocen o ignoran consciente o inconscientemente que, como decía un viejito sabio que ´un huevo cuesta un huevo´

 Cerrando este dialogo, no dejo de pensar en el regreso a casa, donde el servicio de transporte se ve reducido o definitivamente deja de prestarse, donde pueblo solidario que cuenta con vehículo y generosamente da un aventón hasta donde se pueda o las autoridades de igual modo y proceder realizan rondines en apoyo A LOS DE A PIE.

En fin, reunión de cabritos…


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